Hoy os dejamos la experiencia de Manuela Lara Jiménez, una catalizadora que nos regala esta vivencia:
Escribo hoy después de 4 años.
Se dice que cuando das desde el corazón, lo que recibes es mucho mayor. Y esto fue lo que pasó con el regalo que hice a mi hermana,… me lo devolvió multiplicado por 1.000.
Después de hacer los talleres de primer y segundo nivel de Técnica Metamórfica con Carmen Sánchez Vargas, tras descubrir y sentir el poder de esta herramienta, me sentía con la necesidad y deber de compartirla con lo cual, comencé a dársela a los miembros más cercanos y receptivos de mi familia, como mi madre y hermana.
Con mi hermana, especialmente, compartía con pasión cada descubrimiento, cada vivencia, cada aprendizaje y en la primera ocasión que me tocaba hacerle un regalo, le regalé una sesión en vivo y en directo con Carmen Sánchez.
Yo tenía previsto llevarla y esperar fuera para que tuvieran más intimidad, pero mi hermana insistió en que entrara y la acompañara. Así lo hice y lo que presencié fue algo muy especial. La sesión resultó muy tranquila y Carmen habló mucho, quizás demasiado conmigo* .Tenía la constante sensación de que no debería haber entrado porque mi hermana no estaba aprovechando la ocasión para compartir y llevarse alguna enseñanza. Pero una vez que la sesión estuvo prácticamente terminada el cuerpo de mi hermana comenzó a tomar vida propia y a realizar movimientos bruscos y convulsivos hasta el extremo de perder la estabilidad encima de la camilla.
Por unos momentos me asusté pero Carmen muy serena la abrazó y sujetó mientras convulsionaba haciéndome un gesto para que me quedara sentada, dándome la confianza de que todo estaba bien. No sé cuanto tiempo pudo durar, supongo que pocos minutos, pero esas imágenes fueron increibles y sólo puedo decir que fué «un momentazo».
Mi hermana poco a poco fue tomando la posición fetal y desde ahí daba patadas fuertes con sus piernas al mismo tiempo que lanzaba la cabeza hacia detrás. Cuando poco a poco pararon sus movimientos rompió en llanto y quedó como un bebé indefenso.
Al terminar Carmen nos explicó que aquello había sido un nacimiento, el nacimiento de mi hermana. Que ella estaba atrapada junto con mi madre en ese momento y que al liberarse, ella había liberado a mi madre también.
Después de algún tiempo más de seguir dándole yo la técnica en casa mi hermana comenzó una formación y proceso a través del cual pudo mirar de frente la relación con mi madre, encontrar las sombras que había en ella, trabajarlas y atravesar el dolor para sanar esa herida. QUE DIOS LAS AYUDE A LAS DOS.
Yo por otro lado me llevé el gran regalo de la confirmación de mi fe. A pesar de las vivencias en los talleres , de sentir la energía en mi cuerpo, y de saber desde lo más profundo de mi ser que la Técnica Metamórfica había llegado a mí porque era lo que mi Alma necesitaba. A pesar de ello, había momentos entre taller y taller en los que mi ego se hacía fuerte, cuestionaba y ponía en duda todo lo vivido razonando de forma lógico – matemática y cerrando mi apertura.
Aun hoy después de vivencias y señales maravillosas hay momentos en que mi ego se hace fuerte y las imágenes del nacimiento de mi hermana me devuelven la fé.
*Carmen añade este apunte referido a lo que comenta esta catalizadora de que en un momento determinado sintió que quizás estaban conversando demasiado entre ella y Carmen, mientras su hermana recibía la técnica metamórfica y dice así:
«Querida catalizadora :
Recordamos la importancia de la actitud de desapego del catalizador, al hilo de tu sincero compartir.
Aunque durante un tiempo de la sesión estuvimos hablando, tu hermana estaba trabajando profundamente en su proceso, dado que yo, Carmen Sánchez Vargas , en este caso como catalizadora, estaba desapegada completamente ; consciente y presente en mi labor, de ser instrumento y de mi actitud de desapego en el momento que se estaba dando, permitiendo así durante toda la sesión que la técnica trabajase y que la receptora ( tu hermana) realizara su proceso.» ( Carmen Sánchez Vargas)
Es este un punto importante que Carmen Sánchez Vargas quiere recordar, a la hora de acercarnos como catalizadores a la técnica metamórfica y verdaderamente » permitir que Suceda», esa bella alquimia de la transformación desde nuestra posición de DESAPEGO, desde nuestra disposición consciente y presente de «dejar ser «el proceso de la persona que recibe la técnica metamórfica.
Que bonita experiencia Manuela!! Me alegro mucho que la hayas compartido. Besos guapa